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martes, 30 de octubre de 2012

El Club de los 27: Jimi Hendrix

El Club de los 27: Jimi Hendrix
Si la muerte de Brian Jones es una historia confusa, la de Jimi Hendrix tampoco se queda atrás. Sobre todo cuando varias versiones provienen de una misma persona; en este caso, de Monika Dannemann, una chica alemana que el guitarrista había conocido en Düsseldorf. Dannemann pensaba que ella era alguien especial para Hendrix; sin embargo, era otra conquista más. Lo que la diferenció de las demás groupies es que ella fue la única que cuando despertó, encontró en la cama el cuerpo de Jimi Hendrix sin vida.
Jimi Hendrix, buen zurdo y mejor guitarrista
¿Sin vida? Eso depende, ya que para la “novia” de Jimi Hendrix, el guitarrista «tenía el pulso normal». Pero mejor, veamos qué sucedió la madrugada y la mañana del viernes 18 de septiembre de 1970 de forma cronológica.
Esa noche, en la habitación de Monika del hotel Samarkand, en Notting Hill, Hendrix escribió la letra de una canción que tituló «The Story of Life». Una hora más tarde, el músico tenía una reunión importante a la que no quería que Dannemann acudiera. No obstante, Monika le acercó a dicha reunión. La “reunión” era una fiesta en la que estaba otra “novia”, Devon Wilson, entre otras personas. Una hora más tarde, sobre las tres de la mañana, Monika Dannemann le recogió.
A continuación, la pareja regresó a la habitación del Samarkand. Dannemann dijo haberle preparado un bocadillo de atún, aunque varios testigos aseguraron que allí no había comida, y bebieron vino. Como el guitarrista no podía conciliar el sueño, le pidió píldoras para dormir; ésta es una de las versiones de Monika de lo sucedido: «Hacia las cuatro me dijo que necesitaba dormir bien esa noche, y me pidió una pastilla para dormir. Le dije que era mejor que tratara de dormir de forma natural. Disimuladamente, yo tomé una tableta para dormir, estuvimos hablando y terminamos dormidos hacia las siete y cuarto de la mañana». Antes, Hendrix había consumido anfetaminas y necesitaba un relajante para poder dormir. La suma de diferentes drogas mezclada con alcohol era una marca de la casa del guitarrista zurdo. Las pastillas que Monika Dannermann tenía para dormir eran un tranquilizante muy potente llamado Vesparax. Dicho medicamento era tan potente que quita credibilidad a los testimonios de la chica, que afirmó despertarse pocas horas después: «Intenté volver a dormir, pero me había desvelado, así que me levanté, me vestí y fui a una tienda de Portobello a comprar cigarrillos. En ese momento, las diez y media, Jimi parecía estar durmiendo con normalidad». Al volver de comprar tabaco, Monika se encontró con la siguiente estampa: «A las once en punto regresé y vi que Jimi seguía dormido, pero le salía como un hilillo de espuma de la boca, y había vomitado. Quise despertarle, pero no reaccionaba de ninguna manera. Le tomé el pulso, y parecía normal, pero empecé a ponerme muy nerviosa porque vi el frasco de las tabletas en el suelo, y faltaban nueve».
Junto a Monika Dannermann, su última conquista
Ante semejante situación, Monika Dannermann palideció y echó mano de la agenda de su “novio”. Encontró el número de Eric Burdon, el vocalista de The Animals, que le dijo por teléfono que pidiera una ambulancia. Burdon llegó al piso antes que la ambulancia y empezó a esconder y recoger toda la droga que allí había. Durante la limpieza encontró la letra de «The Story of Life». Después de leerla, Eric Burdon la interpretó como una carta de despedida y pensó que Jimi se había suicidado.
Cuando llegó la ambulancia, los médicos no encontraron en la habitación a nadie más que a Jimi Hendrix con su rostro cubierto de vómito. Así lo describió el conductor de la ambulancia, Reg Jones: «Era horroroso. La puerta estaba abierta de par en par, sin nadie a la vista, tan sólo el cadáver en la cama». Monika ya no estaba allí, lo que contradice otro de sus testimonios en los que asegura que la culpa fue del equipo de urgencias: «Lo primero que me extrañó es que no tumbaron a Jimi en una camilla, sino que le sentaron en una silla con la cabeza echada hacia atrás. Noté que respiraba con dificultad, se lo advertí a los enfermeros, pero me dijeron que me tranquilizase, que sabían lo que hacían». Incluso la muchacha llegó a asegurar que ella acompañó a Hendrix en el trayecto hasta el hospital y que hablaron durante el recorrido.
Sin embargo, Jimi Hendrix había fallecido dos horas antes de ingresar en el hospital St. Mary Abbots a las doce menos cuarto del mediodía. Las interpretaciones de la muerte fueron de lo más variadas. Entre ellas, destacaba el suicidio, debido al texto que Burdon encontró; pero el mánager de Hendrix, Mike Jeffery, lo tenía claro: «He hojeado un montón de papeles, poemas y canciones, y mucho de ellos podrían ser interpretados como notas de suicidio. No creo que se matara». Su anterior mánager, Chas Chandler también negó el suicido: «Era imposible, Jimi era un vitalista absoluto. Nunca fue el tipo de persona que se traga un frasco de píldoras en medio de una depresión. Mitch (Mitchel) me lo había dicho, tenía proyectos, estaba componiendo canciones, se había decidió a romper con Jeffery… Nadie se suicida en esas condiciones. Estoy convencido que no fue más que un maldito y desgraciado accidente. A Jimi se le iba mucho la mano con la bebida y las pastillas, y más de una vez se lo dije». Además, Chandler afirmó que por la mañana escuchó en su contestador automático un mensaje de Hendrix semiinconsciente: «¿Chas… ¿Estás ahí? Por favor, necesito ayuda». Incluso Eric Burdon se retractó de sus primeras impresiones: «Al principio hice declaraciones equivocadas. Sencillamente, no sabía cuál era la situación. Interpreté mal la nota. Estaba seguro de que se trataba de una nota de suicidio, así que pensé que debía intentar ocultarla y echar tierra sobre el asunto. Jimi me había hablado mucho del suicidio y de la muerte, y yo sabía que él estaba en crisis. Pensé que se trataba de una nota de despedida».
No obstante, otro de los ligues del guitarrista, Jeanette Jacobs, se sintió responsable de la muerte de Hendrix. Jeanette se vino abajo cuando escuchó rumores de boda entre Jimi y Monika, así que se marchó a Amsterdam el día antes de la muerte del músico: «Me sentí abandonada y dejé el país. Me parece que alguien le dijo que yo me había ido y a la mañana siguiente se mató». Si de verdad Jimi Hendrix hubiera querido suicidarse no hubiera tomado sólo nueve pastillas de Vesparax de un bote que tenía cincuenta. Posiblemente, el guitarrista no pensó que el medicamento fuera tan fuerte. La mezcla del Vesparax, el alcohol y la colección de drogas que tenía en el estómago hizo que Hendrix expulsara todo lo que tenía dentro. Su vómito, vino y comida no digerida, hizo que se ahogara y le ocasionó una parada respiratoria. Dos semanas antes, en una entrevista en Dinamarca, había asegurado que no llegaría a su vigesimoctavo cumpleaños.
Para darle más morbo al asunto, uno de los acompañantes del guitarrista durante las giras, James Wright, publicó un libro en 2009, titulado Rock Roadie, en el que responsabilizaba a Michael Jeffery de la muerte de Hendrix. Según Wright, Jeffery asesinó al guitarrista con las pastillas y el vino cuando descubrió el músico tenía intención de despedirlo. Así, el mánager podría cobrar el seguro de vida del músico, ya que era el beneficiario. Esta información llegó a los oídos de James Wright de la propia boca de Michael Jeffery, que lo confesó una noche de copas antes de morir en 1973. No obstante, el día de la muerte de Jimi Hendrix, Jeffery se encontraba en Mallorca, por lo que hubiera necesitado un cómplice. O una cómplice. Otra interpretación más para alimentar el misterio.
Aquí descansa el genial guitarrista
Aunque falleció el 18 de septiembre, la autopsia no se realizó hasta el día 23. Los resultados se publicaron el 28 de septiembre y la causa de la muerte fue asfixia por inhalación de vómito debido a una intoxicación de barbitúricos. Jimi Hendrix abandonó Londres y regresó a su Seattle natal. Fue enterrado en el cementerio Greenwood Mamorial de Renton (Washington). En su lápida, con una guitarra esculpida, figura este texto: «Para siempre en nuestros corazones».
Su funeral se celebró el martes 1 de octubre de 1970 en la iglesia baptista de Dunlap, en Renton. Entre los asistentes estaba su familia al completo, quienes se pasarían años peleando por los derechos de la obra de Jimi; su “novia”, Devon Wilson; su mánager, Michael Jeffrey; el alcalde de Seattle, Wes Uhlman (Hendrix había abandonado Seattle porque la policía le había echado de la ciudad); sus antiguos compañeros de The Jimi Hendrix Experience, Noel Redding y Mitch Mitchell; y otras celebridades de la música como Johnny Winter y Miles Davis, quien centró toda la atención (Jimi ya había declarado que le gustaría que en su funeral estuviera presente el legendario trompetista). Durante la ceremonia se leyeron textos escritos por el guitarrista: «El expreso ha pasado la curva, ya viene hacia aquí, agitándose al compás, agitándose alegremente, agitando los sentimientos, agitando la vida… Mientras subimos a bordo, el maquinista dice: “Vamos a la iglesia eléctrica”. El expreso se los llevó y vivieron feliz y alegremente por siempre jamás. Y, bueno, disculpadme, creo que oigo llegar al próximo tren».
Estatua en Seattle que recuerda a su hijo pródigo
De esta manera, Jimi Hendrix se subió a su último tren, que tenía su parada en el Club de los 27. Y la Muerte obtuvo de la baraja otra carta más para lograr su póker de Jotas que había empezado con Brian Jones.
Nos veremos en La Cara Oculta del Rock…

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