El Club de los 27: Jimi Hendrix
Si la muerte de Brian Jones es una historia confusa, la de Jimi Hendrix tampoco se queda atrás. Sobre todo cuando varias versiones provienen de una misma persona; en este caso, de Monika Dannemann, una chica alemana que el guitarrista había conocido en Düsseldorf. Dannemann pensaba que ella era alguien especial para Hendrix; sin embargo, era otra conquista más. Lo que la diferenció de las demás groupies es que ella fue la única que cuando despertó, encontró en la cama el cuerpo de Jimi Hendrix sin vida.
Si la muerte de Brian Jones es una historia confusa, la de Jimi Hendrix tampoco se queda atrás. Sobre todo cuando varias versiones provienen de una misma persona; en este caso, de Monika Dannemann, una chica alemana que el guitarrista había conocido en Düsseldorf. Dannemann pensaba que ella era alguien especial para Hendrix; sin embargo, era otra conquista más. Lo que la diferenció de las demás groupies es que ella fue la única que cuando despertó, encontró en la cama el cuerpo de Jimi Hendrix sin vida.
¿Sin vida? Eso depende, ya que para la
“novia” de Jimi Hendrix, el guitarrista «tenía el pulso normal». Pero
mejor, veamos qué sucedió la madrugada y la mañana del viernes 18 de
septiembre de 1970 de forma cronológica.
Esa noche, en la habitación de Monika del
hotel Samarkand, en Notting Hill, Hendrix escribió la letra de una
canción que tituló «The Story of Life». Una hora más tarde, el músico
tenía una reunión importante a la que no quería que Dannemann acudiera.
No obstante, Monika le acercó a dicha reunión. La “reunión” era una
fiesta en la que estaba otra “novia”, Devon Wilson, entre otras
personas. Una hora más tarde, sobre las tres de la mañana, Monika
Dannemann le recogió.
A continuación, la pareja regresó a la
habitación del Samarkand. Dannemann dijo haberle preparado un bocadillo
de atún, aunque varios testigos aseguraron que allí no había comida, y
bebieron vino. Como el guitarrista no podía conciliar el sueño, le pidió
píldoras para dormir; ésta es una de las versiones de Monika de lo
sucedido: «Hacia las cuatro me dijo que necesitaba dormir bien esa
noche, y me pidió una pastilla para dormir. Le dije que era mejor que
tratara de dormir de forma natural. Disimuladamente, yo tomé una tableta
para dormir, estuvimos hablando y terminamos dormidos hacia las siete y
cuarto de la mañana». Antes, Hendrix había consumido anfetaminas y
necesitaba un relajante para poder dormir. La suma de diferentes drogas
mezclada con alcohol era una marca de la casa del guitarrista zurdo. Las
pastillas que Monika Dannermann tenía para dormir eran un
tranquilizante muy potente llamado Vesparax. Dicho medicamento era tan
potente que quita credibilidad a los testimonios de la chica, que afirmó
despertarse pocas horas después: «Intenté volver a dormir, pero me
había desvelado, así que me levanté, me vestí y fui a una tienda de
Portobello a comprar cigarrillos. En ese momento, las diez y media, Jimi
parecía estar durmiendo con normalidad». Al volver de comprar tabaco,
Monika se encontró con la siguiente estampa: «A las once en punto
regresé y vi que Jimi seguía dormido, pero le salía como un hilillo de
espuma de la boca, y había vomitado. Quise despertarle, pero no
reaccionaba de ninguna manera. Le tomé el pulso, y parecía normal, pero
empecé a ponerme muy nerviosa porque vi el frasco de las tabletas en el
suelo, y faltaban nueve».
Ante semejante situación, Monika
Dannermann palideció y echó mano de la agenda de su “novio”. Encontró el
número de Eric Burdon, el vocalista de The Animals, que le dijo por
teléfono que pidiera una ambulancia. Burdon llegó al piso antes que la
ambulancia y empezó a esconder y recoger toda la droga que allí había.
Durante la limpieza encontró la letra de «The Story of Life». Después de
leerla, Eric Burdon la interpretó como una carta de despedida y pensó
que Jimi se había suicidado.
Cuando llegó la ambulancia, los médicos
no encontraron en la habitación a nadie más que a Jimi Hendrix con su
rostro cubierto de vómito. Así lo describió el conductor de la
ambulancia, Reg Jones: «Era horroroso. La puerta estaba abierta de par
en par, sin nadie a la vista, tan sólo el cadáver en la cama». Monika ya
no estaba allí, lo que contradice otro de sus testimonios en los que
asegura que la culpa fue del equipo de urgencias: «Lo primero que me
extrañó es que no tumbaron a Jimi en una camilla, sino que le sentaron
en una silla con la cabeza echada hacia atrás. Noté que respiraba con
dificultad, se lo advertí a los enfermeros, pero me dijeron que me
tranquilizase, que sabían lo que hacían». Incluso la muchacha llegó a
asegurar que ella acompañó a Hendrix en el trayecto hasta el hospital y
que hablaron durante el recorrido.
Sin embargo, Jimi Hendrix había fallecido
dos horas antes de ingresar en el hospital St. Mary Abbots a las doce
menos cuarto del mediodía. Las interpretaciones de la muerte fueron de
lo más variadas. Entre ellas, destacaba el suicidio, debido al texto que
Burdon encontró; pero el mánager de Hendrix, Mike Jeffery, lo tenía
claro: «He hojeado un montón de papeles, poemas y canciones, y mucho de
ellos podrían ser interpretados como notas de suicidio. No creo que se
matara». Su anterior mánager, Chas Chandler también negó el suicido:
«Era imposible, Jimi era un vitalista absoluto. Nunca fue el tipo de
persona que se traga un frasco de píldoras en medio de una depresión.
Mitch (Mitchel) me lo había dicho, tenía proyectos, estaba componiendo
canciones, se había decidió a romper con Jeffery… Nadie se suicida en
esas condiciones. Estoy convencido que no fue más que un maldito y
desgraciado accidente. A Jimi se le iba mucho la mano con la bebida y
las pastillas, y más de una vez se lo dije». Además, Chandler afirmó que
por la mañana escuchó en su contestador automático un mensaje de
Hendrix semiinconsciente: «¿Chas… ¿Estás ahí? Por favor, necesito
ayuda». Incluso Eric Burdon se retractó de sus primeras impresiones: «Al
principio hice declaraciones equivocadas. Sencillamente, no sabía cuál
era la situación. Interpreté mal la nota. Estaba seguro de que se
trataba de una nota de suicidio, así que pensé que debía intentar
ocultarla y echar tierra sobre el asunto. Jimi me había hablado mucho
del suicidio y de la muerte, y yo sabía que él estaba en crisis. Pensé
que se trataba de una nota de despedida».
No obstante, otro de los ligues del
guitarrista, Jeanette Jacobs, se sintió responsable de la muerte de
Hendrix. Jeanette se vino abajo cuando escuchó rumores de boda entre
Jimi y Monika, así que se marchó a Amsterdam el día antes de la muerte
del músico: «Me sentí abandonada y dejé el país. Me parece que alguien
le dijo que yo me había ido y a la mañana siguiente se mató». Si de
verdad Jimi Hendrix hubiera querido suicidarse no hubiera tomado sólo
nueve pastillas de Vesparax de un bote que tenía cincuenta.
Posiblemente, el guitarrista no pensó que el medicamento fuera tan
fuerte. La mezcla del Vesparax, el alcohol y la colección de drogas que
tenía en el estómago hizo que Hendrix expulsara todo lo que tenía
dentro. Su vómito, vino y comida no digerida, hizo que se ahogara y le
ocasionó una parada respiratoria. Dos semanas antes, en una entrevista
en Dinamarca, había asegurado que no llegaría a su vigesimoctavo
cumpleaños.
Para darle más morbo al asunto, uno de
los acompañantes del guitarrista durante las giras, James Wright,
publicó un libro en 2009, titulado Rock Roadie, en el que
responsabilizaba a Michael Jeffery de la muerte de Hendrix. Según
Wright, Jeffery asesinó al guitarrista con las pastillas y el vino
cuando descubrió el músico tenía intención de despedirlo. Así, el
mánager podría cobrar el seguro de vida del músico, ya que era el
beneficiario. Esta información llegó a los oídos de James Wright de la
propia boca de Michael Jeffery, que lo confesó una noche de copas antes
de morir en 1973. No obstante, el día de la muerte de Jimi Hendrix,
Jeffery se encontraba en Mallorca, por lo que hubiera necesitado un
cómplice. O una cómplice. Otra interpretación más para alimentar el
misterio.
Aunque falleció el 18 de septiembre, la
autopsia no se realizó hasta el día 23. Los resultados se publicaron el
28 de septiembre y la causa de la muerte fue asfixia por inhalación de
vómito debido a una intoxicación de barbitúricos. Jimi Hendrix abandonó
Londres y regresó a su Seattle natal. Fue enterrado en el cementerio
Greenwood Mamorial de Renton (Washington). En su lápida, con una
guitarra esculpida, figura este texto: «Para siempre en nuestros
corazones».
Su funeral se celebró el martes 1 de
octubre de 1970 en la iglesia baptista de Dunlap, en Renton. Entre los
asistentes estaba su familia al completo, quienes se pasarían años
peleando por los derechos de la obra de Jimi; su “novia”, Devon Wilson;
su mánager, Michael Jeffrey; el alcalde de Seattle, Wes Uhlman (Hendrix
había abandonado Seattle porque la policía le había echado de la
ciudad); sus antiguos compañeros de The Jimi Hendrix Experience, Noel
Redding y Mitch Mitchell; y otras celebridades de la música como Johnny
Winter y Miles Davis, quien centró toda la atención (Jimi ya había
declarado que le gustaría que en su funeral estuviera presente el
legendario trompetista). Durante la ceremonia se leyeron textos escritos
por el guitarrista: «El expreso ha pasado la curva, ya viene hacia
aquí, agitándose al compás, agitándose alegremente, agitando los
sentimientos, agitando la vida… Mientras subimos a bordo, el maquinista
dice: “Vamos a la iglesia eléctrica”. El expreso se los llevó y vivieron
feliz y alegremente por siempre jamás. Y, bueno, disculpadme, creo que
oigo llegar al próximo tren».
De esta manera, Jimi Hendrix se subió a
su último tren, que tenía su parada en el Club de los 27. Y la Muerte
obtuvo de la baraja otra carta más para lograr su póker de Jotas que
había empezado con Brian Jones.
Nos veremos en La Cara Oculta del Rock…
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